Una mesa de trabajo abordará la degradación en el barrio del parque Bruil: "Son familias concretas las que generan problemas"
En esa mesa de trabajo estarán representantes del Plan Integral del Casco Histórico, Cultura y Zaragoza Vivienda, además de los servicios sociales municipales. «Creemos que deben incorporarse además otras áreas como Participación Ciudadana y Policía Local», dijo Orós, que pidió también la presencia de los gestores de las consejerías de Sanidad, Educación, Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, además de la Policía Nacional.
En esta zona de la ciudad convergen varias circunstancias que están provocando esta situación de la que alarman los vecinos. Por un lado el Albergue municipal está en obras, lo que ha inutilizado su patio interior. Por este motivo, los usuarios de este equipamiento municipal pasan el día en los alrededores de las instalaciones, como la plaza del Centro de Historias. Muchos de ellos beben y tienen problemas de salud mental, lo que genera ciertos problemas de convivencia.
El otro problema del barrio, apuntó primero el concejal de ZeC, Suso Domínguez, es que hay una gran cantidad de pisos –cientos– en el grupo de viviendas de Aloy Sala que está en manos de un único gran tenedor y que no mantiene los bloques en condiciones. Esto atrae a personas que no se pueden permitir otro tipo de alojamientos, generando así un círculo vicioso difícil de parar. En toda esta zona del barrio, reconoció Orós, se dan circunstancias muy complejas que hacen que «la percepción de los vecinos» sea la que es, aunque opinó que la «realidad no es tan dramática». «Los datos de criminalidad no son tan altos como en otros puntos de la ciudad», argumentó.
Así, se da una situación social compleja en el conjunto de Aloy Sala. «Hay muchas familias de etnia gitana y otras con muchos hijos que okupan pisos, con la luz pinchada, con frecuentes entradas en prisión e itinerancia por diversos domicilios» que además presentan «problemas con la escolarización de los menores». «Es una situación muy compleja que requiere en muchos casos de la intervención de los servicios sociales especializados porque hay muchas familias que están formadas por padres menores de edad».
Muchas de estas personas, además, son perceptoras del Ingreso Mínimo Vital (IMV) –que depende del Gobierno de España–, una ayuda que «no incluye obligaciones» como sí hacía el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI), que «incluía incentivos como tener que llevar los hijos al colegio para seguir cobrando» esta subvención. Debido a esta situación, «hay muchas familias que empiezan a cobrar el IMV y ya no vuelven a los servicios sociales municipales, por lo que es muy complicado poder hacer un seguimiento» de sus situaciones.
No obstante, Orós apuntó que «son familias muy concretas, que están localizadas, las que generan problemas de convivencia y protagonizan situaciones conflictivas».
«Abordar de forma integral los problemas en esta zona es una actuación prioritaria. La realidad es muy compleja y requiere de una respuesta multidisciplinar», insistió Orós.
Ante las preguntas del concejal de ZeC, Orós explicó también que, cuando las obras del Albergue estén terminadas, los usuarios del equipamiento dispondrán de nuevos espacios en los que realizar actividades encaminadas a su integración social, por lo que ya no serán habituales las imágenes de la plaza del Centro de Historias pasando el día bebiendo y, en algunos casos, consumiendo estupefacientes.